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Imagen de Begoña Bordonaba junto a la fachada de CEIN
¿Cuándo es mejor emprender?
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Dicen que cuando eres joven tienes tiempo, salud, pero no tienes dinero; en la edad adulta tienes dinero, salud, pero te falta tiempo; y cuando eres mayor, tienes tiempo, tienes dinero, pero no tienes salud. A esto le añadiría la vitalidad, energía e ilusión, diferentes en cada momento de la vida.

 

Todo esto me inspira para compartir contigo qué momento de la vida podría ser el mejor para emprender. Cuando eres joven tienes vitalidad, energía e ilusión y eres capaz de vivir con pocos recursos y comodidades, y, es probable que tengas un entorno familiar que te mantenga y no tengas responsabilidades que te aten. Además, puedes estar más cerca para detectar oportunidades de negocio generadas por los cambios y novedades que te toca vivir como nueva generación.

 

Estás en ese momento de la vida en el que te comes el mundo. Por el contrario, te falta experiencia en mucho, el mundo profesional puede ser muy desconocido para ti y, en ese aspecto, tu mochila parte un poco vacía pero muy rellena de todos esos pluses que he comentado. Afortunadamente puedes contar con el apoyo y acompañamiento de profesionales especialistas en emprendimiento que ya han conocido muchas experiencias como la tuya.

 

Cuando tu edad va avanzando, consigues experiencia profesional y comprendes mejor el mundo de las empresas, tus contactos pueden ser interesantes y te pueden abrir puertas. Sumergido o sumergida en tu sector, puedes encontrar una gran oportunidad de negocio por problemas y necesidades que ves desde dentro. El mundo te necesita. Todavía te falta la experiencia en emprendimiento, pero podrás contar también con personas que te ayuden.

 

Al mismo tiempo, tu vida se va ocupando más y más, tienes menos tiempo, más responsabilidades y buscas más comodidades. Ya no estás dispuesto a cualquier cosa. Quizá quieras emprender con esa gran oportunidad que has detectado y que tienes el convencimiento de que va a funcionar, y te atrae el gran reto de conseguirlo y de romper tu rutina. Pero, ¡ay! ¿Puedes arriesgar todo lo que has conseguido hasta ahora? ¿Vas a convencer a tu pareja para tomar esa decisión conjunta? Y si tienes hijos o hijas, ¿qué pasará si no funciona?

 

En estas edades, la mochila pasa a ser una buena maleta, con más valor, pero más difícil de mover o llevar. Yo me pregunto ¿cuántas personas podrían haber llegado a crear grandes empresas, pero ni siquiera lo han intentado por no tener un colchón mínimamente seguro? ¿Habría forma de cambiarlo?

 

No sigo ya avanzando mucho con la edad porque quizá ahí la vitalidad, la energía pueden ser insuficientes para emprender y la salud puede no acompañarte, aunque sigo encontrando personas con espíritu joven y emprendedor, arraigado en su ADN, que cuando creen en algo no dudan en intentarlo.

 

Quizá esa sea la clave para identificar tu momento emprendedor y no tanto la edad. Un día te levantas y los astros se han unido (tus inquietudes, decepciones, motivaciones, se juntan con lo que observas que el mundo necesita) y se despierta ese gusanillo por intentarlo y ¡conseguirlo! Ese día que se activa el motor y nadie te va a parar. Ese será tu día, y en CEIN estaremos a tu disposición para ayudarte.

 

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