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Inés Salazar Legarda es técnica de la OPREC.

“Black Friday”: una oportunidad para concienciar sobre nuestro consumo y la generación de residuos eléctricos y electrónicos

Inés Salazar Legarda es técnica de la OPREC.

Inés Salazar Legarda es técnica de la OPREC.

El 25 de noviembre arranca en Navarra, coincidiendo con la semana del Black Friday, la campaña de recogida de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) bajo el lema “Tus viejos aparatos tienen todavía mucha vida”, impulsada por el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente a través de la Oficina de Prevención de Residuos y de Impulso a la Economía Circular (OPREC).

 

Un estudio de la consultora Oliver Wyman sobre intención de compra en el Black Friday 2019 revela que, aunque somos el país de la UE con menor porcentaje de compra espontánea, seremos los consumidores que más compraremos en este Black Friday (29 de noviembre) y en el Cyber Monday (2 de diciembre), liderando además las adquisiciones vía online.

 

Por ello, este año nuestra campaña de concienciación ha puesto el punto de mira en la compra por internet. Y es que cuando adquirimos un nuevo aparato en un establecimiento comercial se nos ofrece la retirada en el hogar del viejo aparato al instalarnos el nuevo -en especial cuando se trata de electrodomésticos de gran tamaño (frigorífico, lavadora…)- o la entrega en el propio comercio, para los de pequeño tamaño. Sin embargo, esto no siempre ocurre con la compra online, dado que en ocasiones se obvia este servicio y al final el consumidor no sabe qué hacer con el aparato en desuso.

 

Por otro lado, cuando el viejo aparato que hemos sustituido todavía funciona, tendemos a almacenarlo en el trastero “por si un día se avería el nuevo”, cosa que no suele suceder. Si el aparato no funciona, también lo guardamos pensando “ya lo entregaré”. En cualquier caso, cuando al final nos deshacernos de él, puede ocurrir que acabemos depositándolo en la zona de contenedores; incluso dentro de alguno de ellos; o, lo que aún es peor, lo abandonemos en el medio natural.

 

Cualquiera de estas opciones, a las que recurrimos por comodidad o por desconocimiento, provocan grandes dificultades en la recogida de los residuos, y dañan gravemente el medioambiente. La vía correcta de entrega es, en primer lugar, el establecimiento comercial, al haber adquirido a cambio un nuevo aparato; también los puntos limpios fijos y/o móviles de las mancomunidades de residuos; y los servicios específicos de recogida puerta a puerta que prestan estas entidades a los hogares.

 

Realizar una gestión adecuada desde los hogares resulta cada vez más importante, sobre todo si tenemos en cuenta que cada año se ponen en el mercado más aparatos y el consumir está tentado a cambiar el suyo a mayor velocidad, a pesar de que funcione perfectamente. Si atendemos a las cifras, la cota más baja de consumo fue en 2013, año a partir del cual comenzó una tendencia al alza que en 2018 ha representado un 24% más respecto al mínimo alcanzado en 2013, según la encuesta Eurostat.

 

Del mismo modo, a mayor consumo, mayor cantidad de aparatos desechados por los ciudadanos. A pesar de ello, Navarra no cumple con los objetivos de recogida establecidos, que en 2018 se fijaron en 7,47 kilos habitante/año (realmente se recogieron 5,52 kilos/habitante). Una meta que en 2019 va a ser aún más ambiciosa, ya que se pretenden recuperar 9,22 kilos de aparatos en desuso por habitante y año.

 

Asimismo, los análisis de composición de los contenedores de residuos a pie de calle demuestran que no actuamos bien; sobre todo, al depositar estos aparatos en el contenedor verde de fracción resto. Si estos aparatos -que nunca deben tirarse a los contenedores “habituales”- hubieran seguido el canal adecuado de recogida, podría haberse cumplido el objetivo de recogida mencionado. Lo que demuestra que hay que incidir en la concienciación de la ciudadanía.

 

Además, cuantos más aparatos en desuso consigamos recoger, mayor cantidad de materias primas secundarias se podrán recuperar para nuevos procesos de fabricación (Economía Circular). De manera adicional, si tomamos conciencia de cuáles son los canales adecuados para “dar una segunda vida” a sus aparatos eléctricos y electrónicos, ayudaremos a fomentar el empleo de las entidades de carácter social que se ocupan de estas tareas en Navarra, como Traperos de Emaús o Aspace.

 

No obstante, el reto que tenemos por delante va más allá de una correcta recogida y posterior reciclado. Tiene que ver con la lucha contra la obsolescencia programada, con el consumo responsable y la prevención en la generación de residuos. En este objetivo trabajamos desde la OPREC, donde se integran la sociedad pública Gestión Ambiental de Navarra (GAN-NIK), la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona y el Consorcio de Residuos de Navarra.